Estuve enferma tanto tiempo que en un momento me acostumbré a no tener ganas de nada, hasta que un día cualquiera por la gracia de Dios, el cáncer se fue y no volvió, y en vez de la muerte me queda toda la vida por delante y no estaba preparada, me había preparado para morirme apenas terminaran las sesiones de quimio, y como siempre he sido existencial y pienso en demasía en todo, las preguntas acerca de mi futuro empezaron a inundarme de día y de noche, entonces empecé a escribir como si no hubiera mañana y me desboqué en letras, sueños, metas y propósitos. Las cosas que hoy son mi ley de vida nacieron los días posteriores a toda esa tormenta y una de ellas es:
MANTÉN CERCA A LAS PERSONAS QUE TE HACEN FELIZ.
No importa quién
sea la fuente de felicidad, la inspiración puede venir de cualquier parte
incluso de aquellas que pueden parecer las menos inspiradoras, tal vez venga de
un ateo aunque tu creas en Dios, puede venir de alguien que no se parece en
nada a ti, no importa de donde venga, sino lo que te hace sentir, no me refiero
a cosas o personas que puedan hacerte daño aunque en el momento te hagan “Feliz”,
no es de permanecer en relaciones insanas y egoístas donde todo proviene de esa
persona, yo me refiero a esas personas que te hacen ser mejor y que te aportan
felicidad genuina, sin tener que estar ligadas a ellas exclusivamente para ser
feliz.
Porque a veces perdemos tanto tiempo detrás de alguien o de algo, dando
todo de nosotros para que algún día mágicamente se dé cuenta de lo que valemos,
no me malinterpreten, puede ser una canción la que tenga el poder de mejorar tu
día, la voz de alguien, el detalle de una persona, algún vídeo en Youtube,
alguna suscripción, alguna película, algún amigo o no amigo que en ese momento
te hace reír, puede ser cualquiera, no se trata de quien sea la otra persona
sino de cómo te hace sentir ¿Me entienden?
Ser feliz aunque me muera en el
intento, incluso si no lo soy estoy creciendo, estoy cambiando y evolucionando.
