La mayoría de mi vida estuve en hospitales y clínicas,
hospitalizada, la arritmia cardíaca, el asma, las defensas bajas y demás
anotaciones hechas a lo largo de mi infancia y adolescencia, se resumían en un
cuadro clínico complejo.
Cuando tenía 12 años la encefalitis equina llegó a Colombia y
obviamente a mi vida.
Estuve 2 meses enferma y por último quedé sumida en un profundo
sueño por dos días al punto que en casa pensaron que estaba muerta
Cuando desperté estaba en el hospital, rodeada de gente extraña,
habían traído un medicamento desde España y fui el conejillo de indias.
Entonces había olvidado más de la mitad de mis recuerdos, nombres,
lugares, personas, sabores, el olvido vino como una bendición, siempre he sido
una persona que piensa más de la cuenta en todo, me sentí otra persona, como si
tuviese el poder de reescribir mi historia, le pedí a mi mamá que me dejara
cortarme el cabello y extrañamente aceptó, hasta dejó que cambiara el color de
cabello por primera vez en la vida (cosa que se volvió una costumbre)
Era otra y todos me lo decían, estaba en 8 de secundaria en un
internado femenino administrado por monjas.
Inicié mi negocio de cartas de Amor a domicilio, mis compañeras me
pagaban 2000 mil pesos por hacerles cartas decoradas a sus novios y hacérselas
llegar, el proceso era sencillo. (En ese momento no teníamos acceso a teléfonos
celulares)
Tenía una reunión secreta con la muchacha, me contaban todos los
pormenores de la relación y por 1000 pesos más les escribía un poema.
Con las semanas me llené de pedidos de estudiantes de todos los
cursos, fue un trabajo que realicé hasta que me gradué de secundaria, tuve que
leer mucho para poder inspirarme, la Bibliotecaria se convirtió en mi cómplice,
me dejaba escribir las cartas en su oficina con la excusa de que me necesitaba
para llenar las fichas de los libros prestados por las estudiantes, las monjas
eran bastante estricta, estar de novios era absolutamente prohibido, escribir
cartas de amor y que te la consiguieran eran causal de expulsión.
Mi abuela era la encargada del depósito de comida de las
estudiantes internas, así que obviamente yo tenía acceso a las llaves de todo
el colegio, así podía dejar las cartas en sitios estratégicos para que las
enamoradas revisaran cada palabra antes de ser enviada, nunca me rechazaron un
pedido, a tal punto que muchas me decían "Ya tu sabes cómo le escribes a
él" Así que en mi próspero negocio de cartas de amor por encargo, se
tejieron muchas historias de amor y otras de desamor, 3 clientes (las más
fieles) se casaron con sus novios del colegio, lo que las 3 me advirtieron más
adelante fue que ellos nunca supieran que era yo las que la escribía, a cambio
me llevaban a sus viajes a la playa, y me eligieron como la mejor amiga de todo
el colegio por votación unánime, lo que las monjas no sabían era que todas en
el colegio me debían algo y sino era en ese momento nadie querría dejar de
recibir mis servicios más adelante.
Cómo nunca he sido tímida, no me daba pena ir al colegio de
Hombres y acercarme a la portería para conseguir a alguien que hiciera llegar
las cartas a los caballeros. Esperaba que las recibieran y ellos se acercaban a
darme la respuesta verbalmente.
La entrega de respuestas se daba a las 5:00 de la tarde cuando
todas la internas eran conducidas a la misa de la tarde, me sentaba en la panadería
de los Posada a espera que el séquito de monjas precedieran la procesión, así
me ponía detrás de todas para "entrar a misa" y pasarle a María
Eugenia las respuestas de los caballeros.
Una vez uno de los novios se quejó de que "debiera"
estar presente en todos los encuentros, pero resulta que como era muy pequeña y
muy bien "criada" la única manera de que a algunas las dejaran salir
era si" la nieta de la Señora Flor estaba presente" entonces yo
llegaba con la dama en cuestión, me compraban un helado y me iba a caminar por
una hora, volvía puntual y la acompañaba a su casa.
Comí helado muchos años todos los días, menos los sábados y
domingos que no era día de clases y ni por error mi abuela me dejaba salir de
la casa ni a "hacer tarea"
Casualmente nunca me enamoré estando en el colegio como
estudiante. (...)
Continuara esta semana en Instagram :)
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