Ikigai

octubre 20, 2018

Me fui lejos porque pensé que el dolor estaba en ese lugar donde me robaron cada oportunidad de vivir por una agonía disfrazada de normalidad.

Sin embargo la cicatriz nunca había cerrado, pretendí convencerme de que no me dolía, de que estaba acostumbrada a ser una muerta en vida pretendiendo dar alegría a otras vidas. 
Dejé todo lo que era y me sentí más yo que nunca, debajo de un puente, abrazando a un indigente que era por fuera lo que yo era por dentro, me encontré, empecé a ver la forma de mi corazón en una acera rodeada de habitantes de la calle en el hambre de los perdidos ambulantes me sacié de la vida que nunca viví.
Dejé a mi amor antes de que me dejara porque en el alma llevaba clavado el olvido de mis padres, me justifiqué en la crueldad de la vida, todo era mentira, me daba miedo amar y no quería aceptarlo.

Seguí viajando, con 3 libros y una maleta que al tiempo me quedó pequeña, una o dos veces me rompí y solo ignoré mi dolor, guardé todo en el olvido, hasta que el pasado me explotó en la cara y me encontré con alguien que me dijo las palabras que nunca quise decir y me volví rió un 4 de octubre a las 4 de la tarde en una calle de Barranquilla que me conoció más que yo en toda mi vida.

Sí, me habían robado la inocencia por 6 años y nadie me salvó, si tenía ira, porque nadie vino, ni siquiera los más obvios, la amargura fue mi sangre todo ese tiempo y vomité todo el veneno que me había tapado las arterias y me di el permiso de dejar la maldita costumbre de querer salvar a todos solo porque a mí no me salvaron.

Me encontré, me abracé, me reventé, me disolví y las esporas se fueron con el viento y se volvieron polen que germinó en flores, en las flores que siempre quise y nadie me regaló, planté mi jardín y ya no había llanto, el agua broto con ríos de agua viva, arboles de justicias me dieron sombra y me abrazaron.
Todo el universo conspiro a mi favor porque yo no lo odiaba, y seguí intentando, dejé los tres libros en las manos de alguien que amé, vacié mi maleta y quemé el barco, no hay vuelta, atrás, está es mi vida, está soy yo.

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