Una vez mi papá me llevó a una feria, me compró un pollo rosado y lo cargué toda la noche para arriba y para abajo hasta que llegamos a casa y lo puse en una cajita.🐥
Al otro día me levanté muy temprano a ver a mi pollito, nadie me había dicho que los pollos no se bañaban, y menos que el color era falso, así que con cepillo de lavar en mano y una bolsa de Ariel me dispuse a hacer brillar a mi pollo. 🐤
Cuando saqué al pollo de la taza había perdido su fulgor y estaba descolorido, me estrellé con la realidad de que no era un pollo rosado, solo un pollo pintado de rosado, me dio mucho mal genio y me fui a hacer otra cosa.
En la tarde volví a buscar al pollo, estaba brincando de un lado a otro y muy inquieta porque no aparecía el pollo, en eso aparece mi mamá a decirme que uno no podía andar por la vida brincando como loco, y brinque más rápido porque me molestaba que no apareciera el pollo, en ese instante mi mamá dijo: Va a aparecer el pollo y lo vas a destripar en esa brincolera que llevas.
Y si, el pollo venía corriendo por detrás de mí y cuando brinqué para atrás lo aplasté y en eso retumbo la voz de mi mamá: Hasta que mataste al pollo, te lo dije.😭
Creo que han pasado como 20 años desde lo del pollo y no hay día en esta vida que cuando me encuentre con mi mamá y me hace alguna advertencia o me de algún consejo no termine la frase con: “Acuérdate del pollito rosado, que necesidad tenías de matarlo solo por no hacer caso y ya ves ¿Dónde está el pollito?" 🐣
