Aferrarse a algo o a alguien nunca es
una buena opción si de amor propio se trata, hay ocasiones en las que es necesario soltar y llorar
todo lo que sea necesario con tal de desprenderse de aquello que te ata y te
retiene, esos amores clandestinos que de amores no tienen nada, esos besos escondidos
que de compromiso están desnudos, de ese esperar que te tomen en serio,
mientras te convences que no te importa tanto ser la otra.
Esas lágrimas que disfrazas de sonrisas mientras te toman la mano
en la oscuridad, cuando alguien no te quiere, es muy poco lo que puedes hacer,
no puedes hacer nada, aparte de saber decir adiós y tomar todo el aire del
mundo antes de que el dolor te deje sin aliento, ya basta de soñar con flores y
primaveras que siempre te han negado, no vivas del recuerdo y de las palabras
que en migajas te regalan como si fueran oro, no vivas de esperar a quien nunca
te ha dicho que se quiere quedar, no obligues al corazón a seguir vivo, aun
cuando lo maten de a ratos, entre palabras que se disfrazan muy bien de
razones.
No te obligues a soñar donde la realidad no da para más que un par
de lágrimas en silencio, no te quedes para hacer feliz al egoísta que siempre
busca lo mejor para sus ansias que para su alma, no busques
explicaciones para mantener a donde si te vas no te van a buscar,
porque mientras vas estancándote y aferrándote vas a perder el norte y la
vista, vas a perder caminos y sonrisas, vas a desgastar tu alma y vas a quedar
sin nada, sin amores, sin miedos, sin sentido…
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Para mi es importante saber que piensas de lo que escribo.