"Y viviré cada día como si fuera el último,
disfrutaré, cada día como el primero"
A veces perderlo todo es la mejor manera de descubrir de lo que
somos capaces, cuando era una niña el pueblo donde vivía se vio afectado por el
coletazo de un huracán, fueron días encerrados en la habitación esperando que
la tormenta pasara, cuando salimos la mitad de la casa estaba destruida, así
que las siguientes semanas fueron de reparaciones, lo que más me llamó la
atención fue que tuvieron que tumbar todo y volver a construir todo de nuevo,
lo único que se mantuvo intacto de la casa fueron los cimientos.
No les ha pasado que a veces la vida se viene con todo y nos
arranca todo a su paso, que en un momento tu realidad deja de ser y te quedas
en un vació enorme, que a veces muere gente que creías eterna y que no querías
dejar, que la vida te pasa factura y las consecuencias son enormes e
insoportables, sin embargo siempre dependerá de nosotros quedarnos allí o
seguir.
Y creo que la vida vale la pena, que siempre vale la pena levantarnos
y seguir adelante para descubrir aquello que nos espera adelante, porque así es
la vida, las mejores cosas están más allá, lo mejor siempre está por venir, y
todo esto va a pasar, aunque duela, levantarse siempre es la mejor opción, las
heridas más dolorosas de la vida son las que nos hacen fuertes e
indestructibles, hay tiempos de duelos, hay dolores que simplemente nos
dificultan respirar, hay ausencias que no se curan con el tiempo, pero la vida
está aquí es hora de vivirla, de no vivir en el pasado ni en el que
"hubiera sido" La realidad es esta, la estás viviendo, algún día
pasará todo y te arrepentirás del tiempo que vayas perdiendo, porque a veces es
mejor acabar con las ruinas y volver a empezar, así como cuando mi casa sufrió
los daños del huracán, mi abuelo dijo que era mejor tumbar todo y volver a
hacerlo, porque si solo se reparaba algún día la casa se caería, a veces
llevamos heridas a cuestas que no hemos superado, dolores que llevamos balo la
piel y que nos cuesta soltar, recuerdos de momentos hermosos que por la
ausencia de la persona se vuelven casi una agonía tal vez porque las cosas no
acabaron como esperabas, la vida no es color rosa, el sufrimiento es algo
normal en esta vida, pero también es algo opcional, aunque suene a cliché, finalmente
el día cambia de color cuando tú lo decides, he querido escribir poco y sin
detalle de mi situación actual, pero cuando todo pase les contaré como ha sido
el proceso de la muerte de quien fue una de las personas con la que compartí
gran parte de mi vida, más el tornado que ha sido este año, pero en fin, de eso
hablaré cuando salga de todo.
Precisamente todo me ha llevado al extremo de la desesperación y del dolor más absoluto que haya sentido en la vida, pero de una manera u otra también he entendido que yo sigo viva, que respiro, que tengo la oportunidad de hacer o deshacer y que a mi Tío no le hubiese gustado verme deprimida,que a pesar de su muerte, y de todo lo que vino después de eso inclusive los errores que cometí y las personas las que lastimé, no puedo quedarme en este momento de la vida y debo avanzar, no quiero dejar mi vida en manos de nadie más que no sea Dios y yo, es decir que no puedo esperar que alguien venga o se quede para "ser feliz" que no puedo posponer mis planes, ni mis metas, porque me duela la vida entera, me imaginó como esos heridos de guerra, amputados y heridos pero convencidos de que su causa valía la pena, y la mía lo vale, quiero seguir adelante y ver que tiene está vida para mí.
0 comentarios
Para mi es importante saber que piensas de lo que escribo.