A veces
caemos una y otra vez en el mismo predicamento, como saber que es lo mejor
cuando no puedes evitar algo que te daña, los hombres siempre nos han criticado
eso, la capacidad que tenemos para tropezar con la misma piedra y aun así pasar
una y mil veces por el mismo camino, y que pasa cuando ese enemigo numero 1
somos nosotros mismos, cuando nuestro criterio no tiene fundamento y somos mas
piel que cerebro, cuando solo sentimos y nos estancamos en un solo sentido, hay
que tener valor para salirse del circulo vicioso en el que a veces nos hayamos
inmersas, hay que armarse de acero el alma para llorar y continuar, para decir
ya no más y convertir una debilidad en la principal fortaleza de mi vida, a
levantar la cara aun cuando no haya fuerzas, a templar la voz cuando estas a
punto de caer de rodillas, hay que conocerse y saber que es lo que queremos y
que tanto bien nos hace.
Hay que
armarse de valor y luchar, hay que levantarse aunque flaqueen las piernas, hay
que ser inteligentes y no dejar que todos los que quieran entrar a nuestra vida
lo hagan, hay que despojarse de sentimientos, de miedos, de costumbres, de
personas, de nosotras mismas, hay que hacer el mejor viaje de nuestras vidas y
reencontrarnos, volver al lugar donde la rendición dio paso a quien no somos
pero como quien actuamos, hay que despejar toda duda y ya no creer en los
suspiros que pueden parecer perpetuos pero que solo son una brisa efímera, hay
que Ser y no solo parecer.
En todo este enredo de mi vida de guerrera me di cuenta de que las armas que más traspasan son las que llegan al corazón sin violentarlo. Lucia la De Flor
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Para mi es importante saber que piensas de lo que escribo.