Miércoles de lluvia.

julio 24, 2014





"Be"

Y fue así como la mirada se me quedó clavada en el vacío inmenso de la noche, sentí ganas de correr y de no detenerme, de que se escapara el último aliento de vida y ya no pudiese pensar en ti,  sentí ganas de ser diferente, de ser otra persona, de tener otro rostro y otra voz, desee no haberte conocido nunca, desee no haberme equivocado tanto, se me pegaron los pies al asfalto y mis alas se cayeron como un rayo en plena carretera, ahí estaba yo, viendo pasar a la gente y a los carros, sin saber en que momento me había perdido tanto como para no saber que hacer, ahí estaba yo silenciosa e indefensa, un susurro podía haberme partido en dos, la brisa fría me alborotaba el cabello y empezó a llover.
Nunca te conté que la lluvia me da ganas de llorar, así que el escenario estaba listo, mi valentía reptando se negaba a darle paso a lo inevitable, esperé un poco, alce la vista y miré a la lluvia, me pareció hermosa, por primera vez acorde a mi situación, decidí caminar y empaparme, decidí que sería el camuflaje perfecto, y desbordé.
Seguí caminando y no me importó que me vieran llorar, no me importó que me mirarán por las ventanas al pasar, entonces grité y me desprendí las ganas de morirme a punto de llanto, me esfume como niebla entre los arboles, me perdí unos minutos y no me importó, le clamé a todo el universo, le clamé a mis ancestros, a la vida, a la muerte, al destino, a quien sea que me estuviese escuchando en  ese momento desde lo más profundo de mi angustia, que me permitiera empezar de nuevo.


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