Alguna vez tiene que ser "mermelada hoy
día", objetó Alicia.
Y tú ¿qué me dices? Puesto que tiene que llegar a ser
algún día, ¿por qué no hoy?”
Alicia en el país de las maravillas.
Cuando éramos niños jugábamos a ser grandes, idealizábamos el
futuro perfecto, pensábamos que al ser adultos tendríamos todo, así que
queríamos ser grandes e irnos de casa a conocer el mundo, queríamos libertad y
vivir lejos, luego crecimos y quisimos regresar el tiempo, volver a esos días
en los que nuestra gran preocupación era no conseguir el vestido de la Barbie o
que nuestro mejor amigo en el colegio no nos quería hablar; somos expertos en
vivir en todos los tiempos menos en el presente, nos acostumbramos a posponer
la felicidad a mañana, a cuando me case, a cuando tenga el amor de tal persona,
a cuando me gradúe, a cuando haga el viaje a tal país, a cuando pague todos los
préstamos del banco, a cuando haga un nuevo préstamo en el banco, etc.
Si vivimos prestando más atención a lo que hipotéticamente podría
pasar que a lo que sucede aquí y ahora, no sólo descuidamos el presente, sino
que además lo vivimos teñido por los sentimientos ansiosos que nos provoca el
querer controlar el futuro, si dejamos que los pensamientos nostálgicos o
amargos, remordimientos, incesante reescritura de la historia (la nuestra, la de
nuestro entorno o la de nuestros ancestros) estaremos en un constante estado de
frustración.
Los retornos al pasado más frecuentes suelen ser bajo el signo de
las lamentaciones. “Debería haber…”, “Habría podido…” son las dos formulas que
mejor expresan el estado de ánimo de aquel que vive de espaldas al presente. La
interpretación hiriente que hacemos de nuestro pasado nos condiciona en el
presente, impidiéndonos darnos nuevas oportunidades por miedo a revivir
determinadas emociones.
Para dejar el pasado definitivamente atrás es muy importante ser
capaces de perdonarnos a nosotros mismos, según nos explica Dyer
Wayne en su libro Tus zonas Erróneas “En ningún momento y
en ninguna circunstancia es más sano odiarse a sí mismo que amarse a sí mismo.
Incluso si te has portado de alguna manera que te desagrada, odiarte a ti mismo
sólo te llevará a inmovilizarte y a perjudicarte. Y en vez de odiarte a ti
mismo, trata de tener sentimientos positivos. Que la equivocación o el error te
sirvan de lección; haz el propósito de no repetirlos pero no los asocies con tu
autoestima o autovaloración.
He aquí el meollo tanto del amor a uno mismo como a los demás. No
confundas nunca tu propio valor (que es un valor dado) con tu comportamiento o
con el comportamiento de los demás hacia tu persona.”
Debemos aprende a aceptar nuestra realidad y apreciar la vida que
tenemos, la salud, el trabajo, las personas que nos aman, aprender a vivir aquí
y ahora, tener conciencia de lo que ocurre en ti y a tu alrededor, volver a las
sensaciones y a las emociones para comprenderse mejor, saborear los buenos
momentos de la vida, no huir mentalmente (al pasado o al futuro)
sistemáticamente en caso de problemas o dolor, es ahora que puedes ser feliz,
aceptando lo que es y lo que no fue ni será, si fracasaste en un negocio,
matrimonio, noviazgo, en el estudio, no significa que fracasaste en la vida,
ese es solo un aspecto de ti y no toda tu esencia, no serás “mucho
más feliz” en un estado civil especifico, solo porque a otros les funcionó, no
debo sentir menos valor por la cantidad de dinero que recibo por mi trabajo en
comparación a los demás, debemos aprender a soltar los miedos y vivir, no
tenemos una certeza del mañana, pero si nos proyectamos con todo el corazón a
ser y estar felices , por muy difícil que a veces puedan resultar
algunos momentos de la vida, en el sentido general podré disfrutar todo lo que
me pase, aun cuando no sea lo que quería.
Hay que reeducarnos y aprender a vivir la vida de una
manera distinta, ir soltando, vivir el sol, la lluvia, el calor, el frió, el
dolor, la nostalgia, la tristeza, la euforia, la alegría, la ausencia, la
presencia, vivir y dejar que todo tenga su tiempo es algo que nos libera del
pasado y del futuro para aprender a disfrutar el presente.
0 comentarios
Para mi es importante saber que piensas de lo que escribo.