Aprender a disfrutar el presente.

mayo 13, 2015



"La regla es, mermelada mañana, y mermelada ayer... pero nunca mermelada Hoy.
Alguna vez tiene que ser "mermelada hoy día", objetó Alicia.
Y tú ¿qué me dices? Puesto que tiene que llegar a ser algún día, ¿por qué no hoy?”
Alicia en el país de las  maravillas.




Cuando éramos niños jugábamos a ser grandes, idealizábamos el futuro perfecto, pensábamos que al ser adultos tendríamos todo, así que queríamos ser grandes e irnos de casa a conocer el mundo, queríamos libertad y vivir lejos, luego crecimos y quisimos regresar el tiempo, volver a esos días en los que nuestra gran preocupación era no conseguir el vestido de la Barbie o que nuestro mejor amigo en el colegio no nos quería hablar; somos expertos en vivir en todos los tiempos menos en el presente, nos acostumbramos a posponer la felicidad a mañana, a cuando me case, a cuando tenga el amor de tal persona, a cuando me gradúe, a cuando haga el viaje a tal país, a cuando pague todos los préstamos del banco, a cuando haga un nuevo préstamo en el banco, etc.
Si vivimos prestando más atención a lo que hipotéticamente podría pasar que a lo que sucede aquí y ahora, no sólo descuidamos el presente, sino que además lo vivimos teñido por los sentimientos ansiosos que nos provoca el querer controlar el futuro, si dejamos que los pensamientos nostálgicos o amargos, remordimientos, incesante reescritura de la historia (la nuestra, la de nuestro entorno o la de nuestros ancestros) estaremos en un constante estado de frustración.

Los retornos al pasado más frecuentes suelen ser bajo el signo de las lamentaciones. “Debería haber…”, “Habría podido…” son las dos formulas que mejor expresan el estado de ánimo de aquel que vive de espaldas al presente. La interpretación hiriente que hacemos de nuestro pasado nos condiciona en el presente, impidiéndonos darnos nuevas oportunidades por miedo a revivir determinadas emociones.
Para dejar el pasado definitivamente atrás es muy importante ser capaces de perdonarnos a nosotros mismos, según nos explica  Dyer Wayne en su libro Tus zonas Erróneas  “En ningún momento y en ninguna circunstancia es más sano odiarse a sí mismo que amarse a sí mismo. Incluso si te has portado de alguna manera que te desagrada, odiarte a ti mismo sólo te llevará a inmovilizarte y a perjudicarte. Y en vez de odiarte a ti mismo, trata de tener sentimientos positivos. Que la equivocación o el error te sirvan de lección; haz el propósito de no repetirlos pero no los asocies con tu autoestima o autovaloración.
He aquí el meollo tanto del amor a uno mismo como a los demás. No confundas nunca tu propio valor (que es un valor dado) con tu comportamiento o con el comportamiento de los demás hacia tu persona.”
Debemos aprende a aceptar nuestra realidad y apreciar la vida que tenemos, la salud, el trabajo, las personas que nos aman, aprender a vivir aquí y ahora, tener conciencia de lo que ocurre en ti y a tu alrededor, volver a las sensaciones y a las emociones para comprenderse mejor, saborear los buenos momentos de la vida, no huir mentalmente (al pasado o al futuro) sistemáticamente en caso de problemas o dolor, es ahora que puedes ser feliz, aceptando lo que es y lo que no fue ni será, si fracasaste en un negocio, matrimonio, noviazgo, en el estudio, no significa que fracasaste en la vida, ese es solo un aspecto de ti y no toda tu esencia, no serás  “mucho más feliz” en un estado civil especifico, solo porque a otros les funcionó, no debo sentir menos valor por la cantidad de dinero que recibo por mi trabajo en comparación a los demás, debemos aprender a soltar los miedos y vivir, no tenemos una certeza del mañana, pero si nos proyectamos con todo el corazón a ser y estar  felices , por muy difícil que a veces puedan resultar algunos momentos de la vida, en el sentido general podré disfrutar todo lo que me pase, aun cuando no sea lo que quería.
Hay que reeducarnos y aprender a  vivir la vida de una manera distinta, ir soltando, vivir el sol, la lluvia, el calor, el frió, el dolor, la nostalgia, la tristeza, la euforia, la alegría, la ausencia, la presencia, vivir y dejar que todo tenga su tiempo es algo que nos libera del pasado y del futuro para aprender a disfrutar el presente.

  • Share:

You Might Also Like

0 comentarios

Para mi es importante saber que piensas de lo que escribo.