Cuentos de amores y desvelos. Parte I Frente al Mar.

junio 17, 2015

Hace 3 años publiqué una serie de cuentos titulados “Cuentos de amores y de olvidos” que tuvieron una gran acogida entre mis lectores, lo cual agradezco mucho,acá les dejo los enlaces:
En esta oportunidad les traigo la serie “Cuentos de amores y desvelos” inspirados en esos amores que aunque llenos de incongruencia logran germinar, esta serie de historias trata de esos amores que detienen el tiempo y llenan el espacio con el perfume eterno de la inocencia espero que los disfruten tanto como yo al escribirlos.

Parte I Frente al Mar. 

Era una tarde magnifica, el cielo explotaba en colores intensos mientras el sol decididamente se entregaba al abrazo inquieto del mar, la brisa alborotaba su cabello, sentía como sus pies se elevaban una y otra vez al vaivén de las olas y sin embargo era como si no estuviese ahí.

-A veces me pregunto qué sería de mi vida sin ti y aunque sé que tienes muchas opciones, que hay hombres mejores que yo que quieren estar contigo, pero para mí es importante que sepas esto, que te amo y que simplemente creo que la vida sin ti carecería de cualquier sentido.
Las olas del mar golpeando las rocas, ahogaron el sonido de su suspiro, se tocó el pecho y quiso asegurarse de que el corazón no se saldría de su pecho mientras lo escuchaba hablar, “Ten calma corazón, te lo pido, no me vayas a delatar” pensó para sí.



-Ayer debió ser el día más feliz de mi vida, sin embargo no lo fue porque no estabas conmigo, creo que eso me dio el coraje que necesitaba para vencer mi orgullo y aceptar lo que siento por ti Elisha.

Elisha no era tímida, al contrario era la mujer más amigable entre su grupo de amigos, pero precisamente en ese momento las palabras no lograban fluir de su boca, sentía que si abría los labios su corazón se saldría por ahí, otro suspiro se escapó de su pecho y se dio media vuelta.
Lo abrazó con todas las fuerzas que la emoción le permitía tener, su respiración agitada se mezclaba con el palpitar del corazón desbocado de Samuel, que por un momento no atinó a decir nada y correspondió a su abrazo, y así por ese momento eterno que el amor le regala a uno alguna vez en la vida por primera vez Elisha pudo decir lo que siempre evitó decirle a Samuel en voz alta: Te amo con todos los amores del mundo, con todas las fuerzas del mar, con todos los colores del arcoíris, te amo desde el día que te conocí.

Es solo cuestión de actitud, no tener nada y tenerlo todo...

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